¿Practicar golf o dar bolas?

Si bien algunos aficionados salen a diario al campo de su club directamente al TEE del hoyo 1 sin dar una sola bola de prácticas, la gran mayoría dedica muchísimo tiempo de su golf a tirar bolas.

A veces, paseando por la cancha de prácticas, observando los muy diferentes SWINGS de otros aficionados, he cronometrado el tiempo entre bola y bola de los más rápidos: pueden llegar a dar entre tres y cinco bolas por minuto. Una bola cada 15 segundos aproximadamente.

Pienso que este tremendo ritmo satisface necesidades importantes pero de naturaleza diferente a la del aprendizaje eficaz del SWING.

Si practicamos para mejorar tenemos que evitar el síndrome de golpear bolas. Claro que hay que dar muchas bolas al principio, paro a partir de determinado momento, la mejora depende más de la calidad que de la cantidad de golpes.

En la alfombra de prácticas mejoramos mucho más si tenemos un objetivo concreto para cada bola amarilla: antes de cada golpe hay que decidir qué se pretende, dedicar el tiempo necesario antes de mover el palo y después el tiempo necesario para interpretar el vuelo de la bola y deducir las condiciones del impacto.

Por otro lado, el golf tiene básicamente tres aspectos: el juego largo, el juego corto y patear en el green, siendo las dos últimas mucho más decisivas que la primera.

Y en la sesión de prácticas hay que dedicar tiempo a cada una de estas facetas.

No solo será más eficiente, sino mucho más divertida.